Los católicos que integramos la Asociación de la Inmaculada, somos una porción del pueblo de Dios, que sentimos toda la grandeza de la hora presente: la lucha de la Inmaculada contra el dragón infernal, en esta época final de apostasía.
Por eso nos hermanamos en la Asociación de la Inmaculada. Amor a los Corazones de Jesús y María. Fidelidad al Magisterio perenne de la Iglesia. Propósito de seguir las huellas de los Santos. Queremos familias consagradas y entregadas al ideal de la santidad, que no se arrodillen ante ninguno de los modernos ídolos con los que se pretende borrar el culto al verdadero Dios.
Nuestro apostolado está en conservar, aumentar, desarrollar y vivir intensamente nuestra fe. No estamos cerrados a nada católico. Sentimos el ardor misionero de nuestro Patrono San Luis Gonzaga, y ansiamos renovar y conquistar para la fe de Cristo a tantos hermanos nuestros, dominados por la indiferencia religiosa, alejados de Dios. El mayor bien social, personal y misionero que podemos ofrecer a nuestra sociedad es el tesoro divino de la fe.
Las familias integradas en la Asociación de la Inmaculada desean ser conscientes de estos años decisivos para la vida de la Iglesia y del mundo. Por ello quieren ser seglares sólidamente formados en la tradición de la fe católica.
Nuestro servicio a la fe católica se fundamenta en la vida de la gracia, en la oración, en los sacramentos, y en una plena consagración a nuestra Madre Inmaculada. Nuestro apostolado brota de las grandes verdades de la fe que nos urgen a expandirla por todos los medios posibles. Estamos seguros de que el Señor nos bendecirá siempre con sacerdotes que nos ayuden, ahora y en el futuro, a ser fieles a Dios en medio de la apostasía.
Si por encima de la codicia del dinero, del confort, del espíritu mudando, quieres vivir plenamente tu fe, en la Asociación de la Inmaculada, tienes un puesto. Si resides lejos, escríbenos. La familia de la Asociación de la Inmaculada desea ser un eco de las palabras de Jesús: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio" y "donde dos o más se junten en mi Nombre allí estaré yo en medio de ellos". La distancia no impide que formes parte de nuestra familia de la Asociación de la Inmaculada, porque nos une a todos la ley interna de la caridad y amor, que es lo que importa y nos hermana.