GENERAL
Hace ya muchos años que el Padre Alba, gran amante de las peregrinaciones por ser son bellas muestras públicas de piedad popular, promovió una nueva peregrinación a la cima del Moncayo, en Aragón. El objetivo era desagraviar a Nuestra Señora, la Virgen María, cuya imagen corona la cima más alta del Sistema Ibèrico. La imagen, colocada originalmente en 1960 por los miembos del Stadium Casablanca de Zaragoza, era y es aún a día de hoy víctima de múltiples muestras de odio e incomprensión de unos pocos. El Padre, movido por un gran amor hacia nuestra madre, inició la tradición de subir a restaurarla.
Los jóvenes de nuestra Asociación continúan la obra iniciada por nuestro padre y viajan hasta la zona uno de los fines de semana de septiembre. Aprovechan el sábado para visitar algún monumento o emplazamiento - este año pasado se visitó el Monasterio de Santa María la Real, en Fitero -, duermen en el Seminario diocesano de Tarazona y, por la mañana, después haber celebrado la Santa Misa en el mismo Seminario, se desplazan al pie de la montaña y ascienden a la cumbre a sustituir, si fuera preciso, la imagen de la Virgen por una nueva y a realizar las pertinentes obras de mantenimiento al pilar sobre el que se asienta la imagen.
Este año hemos recibido una sorpresa, puesto que el medio europapress Aragón publicó una noticia anunciando el ascenso y tareas de reparación llevadas a cabo. Se puede encontrar la noticia original aquí.
Damos gracias a Dios por permitirnos ser instrumento en este pequeño pero bello apostolado y por dejarnos desagraviar a nuestra madre, cuyo amor hemos recibido de nuestro padre fundador.